Nadie tiene una piel perfecta y a todas nos salen ojeras en algún momento, por eso, el corrector el nuestro mejor aliado
¡Ay, qué haríamos nosotras sin el corrector! Desde luego un producto imprescindible. Sin embargo hay varias cosas a tener en cuenta, el tono, la textura, el producto, cómo aplicarlo… y lo que es más importante, dónde. Porque depende de la zona donde vayamos a aplicar el corrector vamos a querer diferentes cosas y este es uno de los errores más comunes que hacemos, usar el mismo producto para todas las imperfecciones.
Elegir el tono correcto
Para las ojeras
Si vas a utilizar el corrector para tapar ojeras y bolsas, asegúrate de que el tono es un poco más claro pero no más de dos tonos:
- Si tus ojeras son azuladas, elige un corrector de tono amarillo que además aportan mucha luz.
- Si son oscuras o marrones, elige uno con un tono salmón.
- Para corregir rojeces o despigmentación, elige uno de tu mismo tono de piel.
Para el resto de la cara
Si vamos a aplicarlo en el resto de la cara: granitos, rojeces alrededor de la nariz, despigmentación, manchas, etc. Entonces debemos elegir un corrector del mismo color exacto que nuestra piel.
Guía de color:
- Verde: Es perfecto para neutralizar imperfecciones, rojeces o problemas específicos como: rosácea, cicatrices, etc.
- Salmón: Ilumina la zona y oculta los signos de fatiga.
- Amarillo: Iguala la zona y la ilumina. Perfecto además para igualar el tono del párpado, arco de la ceja o pómulos.
Tratar además de ocultar
Hoy en día existen productos en el mercado que además de disimular y corregir, contienen ingredientes específicos para tratar el problema. Elige un producto específico si lo que quieres son ocultar líneas de expresión, tratar ojeras, etc.
La textura, importa
Ya que las necesidades son distintas, por supuesto vamos a necesitar dos productos distintos:
Para las ojeras
Esta zona es muy delicada y necesitamos un producto que sea muy fácil de extender. Elige un corrector fluido
Para el resto de la cara
Los granitos o pigmentaciones requieren más cobertura y por ello es mejor una textura más espesa y densa. Los correctores en crema o en barra de alta cobertura, son lo mejor para estos problemas.
¿Cómo aplicar el corrector?
- Menos es más: Esta es una regla que funciona con cualquier producto de maquillaje. Aunque es tentador poner capas y capas, debemos tener cuidado porque esto es lo que hace que se cuartee y aparezcan pliegues, arrugas, etc.
- El orden de los factores SÍ altera el producto: Para la ojera, aplica primero el corrector y después la base. Para el resto, al revés, de esta forma conseguirás que el producto se mantenga en la zona que quieres cubrir.
- La luz también importa: Ten cuidado al elegir el tono del corrector cuando lo compres en la tienda, a veces esta luz no nos permite apreciar bien los subtonos. Lo mismo cuando nos maquillamos en casa, siempre que sea posible aplícalo con luz natural.
Para las ojeras
El truco está en aplicar unas pequeñas gotas de producto a toquecitos y después extenderlo en forma de triángulo (en vez de extender sobre la zona.
Para el resto de la cara
Aplícalo sólo en la zona que lo necesita, intentando que no se extienda demasiado. Y muy importante, el último paso…
Difuminar, difuminar, difuminar…
Otra de las reglas básicas para conseguir un maquillaje natural, pero en el caso del corrector es muy importante cómo difuminamos porque tampoco queremos extender el producto demasiado, ni que se pierda. En realidad cuál elijas depende de tus preferencias y la maña que tengas:
Un pincel tupido te facilitará un montón el trabajo para difuminar sin extender.
Las esponjas o la famosa beauty blender, también te permiten difuminar e integrarlo con la base de maquillaje con un acabado liso y natural.