¿Cremas con efecto botox? ¿Gimnasia facial antiarrugas? Desmontamos algunas de las creencias más extendidas en el mundo de la cosmética
La cosmética anti-edad es un mundo lleno de promesas y esperanzas para mantener nuestra piel joven y radiante. Sin embargo, también es un terreno lleno de mitos, verdades a medias y creencias erróneas que pueden llevarnos a tomar decisiones poco acertadas en cuanto a los productos y tratamientos que elegimos.
Para ayudar a descifrar el mundo de la cosmética anti-edad, aquí explicamos algunos mitos muy populares en los que no debemos caer. ¡No te los pierdas!
Mito 1: Los productos anti-edad son sólo a partir de cierta edad
¿Qué me estás diciendo que por ejemplo, sólo podemos utilizar retinol a partir de los 50 años? ¿Que no puedo usar un exfoliante de ácido salicílico a los 40 solo porque la marca lo anuncia para adolescentes con acné? Los ingredientes no entienden de edades. Los activos efectivos para abordar un problema específico de la piel, funcionan a cualquier edad.
Por otro lado, dejarse guiar por los productos enfocados a una determinada edad, en vez de elegir sérums y cremas adecuadas para tu tipo de piel y preocupaciones específicas puede ser contraproducente. Por ejemplo, yo nunca he tenido acné. Si hubiese hecho caso a los productos para adolescentes cuando era joven (todos para combatir la grasa y el acné), mi piel se hubiera resecado, empeorando mi problema!
Lo mismo pasa con las cremas para pieles “maduras”. En general, los productos destinados a pieles maduras son extremadamente hidratantes, con fórmulas bastante densas. Si bien es cierto que la mayoría de las mujeres experimentan sequedad a medida que envejecen, ¿qué pasa si eres la excepción y tienes piel grasa y acné pero utilizas productos para piel madura? Las cremas hidratantes para piel madura sólo van a conseguir empeorar la situación.
Por eso es tan importante identificar cuál es tu tipo de piel y sus problemas, para de esta forma, poder elegir los productos adecuados para tratarlos. Si estás lidiando con acné a los 50 y ese tratamiento para el acné anunciado para adolescentes te funciona, adelante, úsalo. Es lo que tu piel necesita.
Ah! Y ten en cuenta que tu tipo de piel puede cambiar a lo largo de los años o por las condiciones ambientales, por lo que es vital observar los posibles cambios de la piel y sus reacciones. Si tienes dudas sobre cuál es tu tipo de piel o cómo atacar los problemas de tu piel, lo más recomendable es acudir a un dermatólogo que pueda asesorarte y recomendarte un tratamiento adecuado.
Mito 2: Las cremas hidratantes eliminan las arrugas
Las cremas hidratantes pueden mejorar la apariencia de la piel y reducir los signos del envejecimiento, pero no pueden eliminar las arrugas tal y como muchas marcas anuncian sobre sus cremas anti-envejecimiento. La eficacia de estas cremas depende de diversos factores, como la calidad y combinación de sus ingredientes, la concentración de los mismos y la constancia en su uso.
Los retinoides son los únicos activos con eficacia demostrada para prevenir y reducir la profundidad de las arrugas, además de estimular la producción de colágeno, lo que resulta en una piel más firme y rejuvenecida.
La mayoría de cremas hidratantes no contienen retinoides, sino que se limitan a humectar y rellenar la piel, haciendo que las líneas y arrugas parezcan más pequeñas. Aquí es donde entran en juego las famosas siliconas, que, entre otras cosas, se utilizan para rellenar las arrugas, lo cual es cierto que las hace parecer más pequeñas. Pero, ¿sabes qué? Estos efectos son sólo temporales. Es por eso que las marcas dicen que reducen el aspecto o la apariencia de las arrugas. Aquí está el truco, porque aunque es cierto que estos ingredientes las hacen parecer más pequeñas a simple vista, la realidad es que una vez que el efecto hidratante desaparece, la arruga sigue ahí, tan profunda como antes. Entonces vale, técnicamente no es una mentira, pero ¿vas a conseguir el resultado que buscas? Pues solamente cuando uses la crema, al igual que el maquillaje unifica el tono hasta que te desmaquillas. La diferencia es que con el maquillaje sabemos perfectamente que es un efecto temporal.
Por eso es importante no dejarse llevar por los reclamos y fijarse bien en los ingredientes. Lo ideal es complementar tu hidratante con sérums o tratamientos con activos específicos para los problemas que quieres tratar.
Mito 3: Las cremas caras son siempre mejores
El precio de una crema anti-edad no determina necesariamente su calidad o efectividad. Aunque es cierto que algunos ingredientes activos pueden ser caros, también hay productos asequibles que contienen ingredientes efectivos y en concentraciones adecuadas. Lo más importante es informarse y elegir productos basados en sus ingredientes y en la calidad de su formulación, no en su precio.
Marcas como The Ordinary o The INKEY List han conseguido hacerse un hueco en el mercado con productos eficaces y a precios asequibles. Algunos lo consiguen haciendo ajustes en publicidad, distribución o “lo bonito” de los envases. En muchos casos afecta también a la textura, hay cosméticos que son muy agradables al uso y dejan muy buena sensación en la piel, pero sus propiedades reales son mínimas. Por otro lado podemos encontrarnos con texturas aceitosas, que tardan mucho en absorberse o con olores extraños, pero que al final son más eficaces y consiguen su objetivo.
Mito 4: Los productos naturales son siempre más seguros y eficaces
Sobretodo desde hace algunos años, entre las modas del mundo de la cosmética está el de productos naturales que son “mejores” para tu piel. Aunque los productos naturales pueden ser una excelente opción en algunos casos, no siempre son más seguros o eficaces que los productos sintéticos. Al igual que con ingredientes sintéticos, los activos naturales pueden causar irritaciones o alergias en algunas personas. El aloe vera por ejemplo, es un ingrediente natural ideal para hidratar y regenerar la piel, pero adivina: hay personas a las que les produce alergia, mostrándose en picores, granitos y molestias.
Natural no significa inocuo y nuestra piel puede reaccionar a cualquier ingrediente independientemente de su procedencia. Por eso es fundamental evaluar cada producto en función de sus ingredientes y propiedades, y no basar nuestra elección únicamente en su origen.
Mito 5: La gimnasia facial reduce las arrugas
La gimnasia facial o ejercicios faciales son una técnica que se ha puesto muy de moda en los últimos años. Esta técnica promete reducir las arrugas y mejorar la elasticidad de la piel. ¿La lógica detrás de esta promesa? Pues que el ejercicio ayuda a tonificar los músculos, por lo que si ejercitas los músculos de la cara, no se descolgarán. Sólo hay un problema con este razonamiento: Las arrugas no están provocadas por la falta de tono muscular.
¿Entonces qué provoca las arrugas? La exposición al sol, el tabaco y la repetición de los movimientos faciales al gesticular, que se produce a lo largo de los años. Estos son los factores que contribuyen a la degradación del colágeno y elastina, y que disminuyen de forma natural por la edad.
Por lo que realizar ejercicios faciales, no va a detener el envejecimiento ni a reducir las arrugas y de hecho, no existe ninguna evidencia científica al respecto que avale esta premisa. Incluso algunos expertos advierten que podría ser contraproducente, ya que dependiendo de los ejercicios que hagas, podrías estar estirando las fibras de elastina, que son como gomas elásticas: se estiran cuando tienen elasticidad, pero si no la tienen, pueden llegar a romperse, que es justo la causa por la que la piel comienza a descolgarse.
Los masajes faciales suaves (o dicho de otra forma, sin estirar la piel) pueden ayudar a estimular la circulación de la sangre, mejorar la efectividad de los cosméticos, así como aliviar la tensión muscular y el estrés. Sin embargo, estos masajes no tienen la capacidad de revertir el proceso de envejecimiento ni eliminar las arrugas existentes. Por lo tanto, aunque la gimnasia facial y los masajes pueden tener ciertos beneficios, no debemos confundirlos con una solución milagrosa para combatir las arrugas y el envejecimiento de la piel.
Mito 6: Cremas con efecto botox y rellenadores
Todos buscamos atajos. Está claro que si pudiésemos conseguir los efectos de un tratamiento de botox, sin agujas y en la comodidad de nuestra casa, sería un exitazo. Pero la realidad es que no existe.
El argireline, es un péptido conocido como “Botox en bote”, porque simula el efecto del Botox al relajar los músculos faciales e impedir su movimiento. Existen estudios de que esto realmente funciona, pero sólo en ciertos casos, como en personas con piel extremadamente fina. No obstante, para la mayoría de personas, no tiene ningún efecto. Incluso en los casos en que se logra ver algún resultado, no son comparables a los efectos reales de un tratamiento de Botox.
Que conste que no tengo nada en contra del argireline, existen muchos otros ingredientes que tienen reclamos similares, pero creo que este es un ejemplo muy claro de que muchas de las promesas del mundo de la cosmética, aunque están basadas en resultados científicamente probados, a la hora de la realidad, es muy difícil que tengan efectos reales para la gran mayoría.
Mito 7: El protector solar solo es necesario en verano
El protector solar es uno de los productos más importantes en nuestra rutina de cuidado facial diario y de los pocos productos que de verdad son anti-envejecimiento. Protege la piel de los dañinos rayos ultravioleta que pueden acelerar el proceso de envejecimiento. Aunque es cierto que la exposición solar es mayor en verano, la protección solar es necesaria durante todo el año, incluso en días nublados o fríos.
Para asegurarse de recibir la protección solar adecuada, es importante elegir un protector solar con un SPF alto (de 50 o más) y que ofrezca protección tanto contra los rayos UVA como los UVB. También es recomendable elegir un producto con una textura ligera y de fácil absorción para evitar que se acumule la suciedad en los poros, lo cual puede provocar la aparición de acné. Si tienes piel grasa, opta por productos con una textura ligera y que no sean demasiado emolientes. Por último, recuerda si vas a estar expuesto al sol, reaplicar el protector solar cada 2-3 horas para mantener tu piel protegida.
Como ves, la cosmética anti-edad es un mundo lleno de mitos y verdades a medias que pueden confundirnos a la hora de elegir los productos y tratamientos adecuados. Es fundamental conocer nuestro tipo de piel y sus problemas, ser críticos con la información que recibimos y utilizar los productos adecuados para estos problemas, independientemente de las modas que nos quieran imponer.